El Universal 12 de Noviembre de 2009.
Es una simulación la Alianza por la Calidad de la Educación, firmada por el presidente Felipe Calderón y la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo. Se anunció como el inicio de una gran reforma educativa —a juicio de este reportero, la más importante de todas las pendientes—, pero está siendo como presumir que ya se levanta la torre más alta del mundo, pero avanzar sólo un ladrillo al día.
Para los expertos que han analizado el rezago educativo de México, la solución pasa por disolver el control que tiene el SNTE sobre los maestros, que mejoran sus salarios, ocupan plazas y obtienen bonos dependiendo de su lealtad con la maestra y sus testaferros, y no con el aprendizaje alcanzado por sus alumnos.
La colusión política eficaz de Elba Esther le ha permitido sortear sexenios sin ver tocado su feudo. Por eso cuando el Presidente anunció que el primer paso de la alianza educativa consistía en que un examen y ya no el sindicato determinaría a qué maestros contratar, una luz de aliento se coló por la ventana de los salones de clase.
Desde luego, no podía ser de la noche a la mañana. Es un proceso de años mejorar la capacidad de los maestros mexicanos para enseñar (en el más reciente examen, 75% reprobó), pero al fin, los maestros tendrían que ser buenos educadores y no buenos “grillos” para ganarse un lugar frente a los pupilos. Era el principio del fin del control de Elba Esther Gordillo.
El diablo está en el detalle: hay un millón de profesores de educación básica en el país y en el primer concurso de oposición se ofertaron 6 mil plazas; hubo casos como Nayarit que sometió a renovación cuatro , Hidalgo seis, Colima y Tlaxcala ocho, Baja California Sur nueve y Tabasco 10. Una simulación. A ese ritmo de contratación, tomará 25 años darle la vuelta al control sindical. ¡Larga vida a Elba Esther!
Cualquiera pensaría que los enemigos acérrimos de Gordillo, los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), estarían interesadísimos en apoyar el concurso de plazas. No. Oaxaca y Michoacán, sus bastiones, fueron los únicos estados que no sometieron ninguna plaza a concurso. ¿Por qué? Porque sistemáticamente sus alumnos son los peor evaluados de México, así que se escudaron en la falsedad de que competir por un puesto busca la privatización de la educación pública, cuando los mismos expertos que sugieren este concurso de oposición han concluido en sus análisis que en nuestro país la educación privada no es mejor que la pública, sino que los padres de familia son los que realmente pueden hacer la diferencia al involucrarse en la formación de sus hijos fungiendo como supervisores escolares.
SACIAMORBOS Y a ver quién de los presidenciables conquista su apoyo. Si de corazón se trata, está más cerca del DF. A ver si la negociación política le gana al corazón.
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